Friday, April 2, 2021

☧ TERCERA PALABRA DE CRISTO EN LA CRUZ: “MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO. HIJO, AHÍ TIENES A TU MADRE”

☧ TERCERA PALABRA DE CRISTO EN LA CRUZ: 
“MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO. HIJO, AHÍ TIENES A TU MADRE”

 


℣ Per signum Sanctae Crucis, de inimicis nostris, libera nos, Domine Deus noster. 

Ĭn nōmine Pătris ĕt Fīliī ĕt Spīritūs Sānctī. 

℟ Āmēn. 

℣ Laudētur Iēsūs Chrīstus 

℟ in saecula saeculōrum! Āmēn. 


Jesucristo crucificado en la Cruz con María y San Juan, Apóstol y Evangelista al pie de la cruz. 


Cuántas madres peruanas son testigos del asesinato de sus hijos. Cuántas mamás, abuelitas, tias, primas, hermanas son testigos del genocidio del Totalitarismo Morado: a manos de Vizcarra, a manos de Sagasti, a manos de Julio Guzmán, tres personas que conforman la trilogía del mal autora de los crimenes de lesa humanidad contra el Peru, contra todos y cada uno de los hogares peruanos, sin excepcion, sin discriminacion, vistiendose de paladin de los derechos humanos. Satanás se viste de verdad pero no es la Verdad, aparenta decir y ser la verdad pero no es la Verdad, parcha su mentira por la Verdad, pero su verdad es todo mentira. 


Nuestros militares son llamados “fantasmas” porque usan el camuflaje para mimetizarse con el ambiente que los rodea y no ser localizados. Pero hay algunos ejércitos que “dicen” usar camuflaje y se ufanan de dichas técnicas de la era de los 50 o 60. ¿Cómo es posible que a través de nuestros medios internos veamos incursiones que en sus caras pasa delante de ellos? Es por eso que no pueden y no quieren combatir al terrorismo, al narcotrafico y al crimen organizado. 


Por otro lado, tampoco es el caso de las personas gays discretas, responsables, y que en todas nuestras comunidades son seres humanos proactivos brindando sus conocimientos y su mano de obra para el desarrollo humano. Mientras que el Partido Morado es una cortina de humo de un grupúsculo mentiroso, egoísta e hipócrita que no hace nada para las personas LGTB, sino que solamente se meten al bolsillo el dinero de todos los peruanos heterosexuales y LGTB, que los matan, que no les dan empleo, que no les dan medicina, que no les dan camas UCI, que no les dan vacunas, que no les equipos de protección personal, que no invierten para su desarrollo integral. Aquí nosotros incluimos y reconocemos a todo ser humano como hijos de Dios. El pecado no está en ser homosexual esta en la mala vida, en hacer el mal, en ser del maligno. 


En ambos casos arriba citados, la familia es perjudicada si se lleva al mal. Ni el camuflaje efectivo de última tecnología de nuestros militares ni los seres humanos homosexuales de nuestra prelatura son del mal. Todo lo falso salta a la vista. 


Cuando ustedes compran algo de marca lo prefieren porque es duradero, de excelente calidad, de buen material, y en nada se asemeja a lo falsificado. 


Satanás gusta de lo falsificado e insiste en que es lo maximo, cool y de la ptm. Quien no se percate de cual es verdadero y cual es falso, prefiere que lo estafen, que le roben, eso es lo que pasa con la mayoría de los peruanos. 


Si están viendo y escuchando a un candidato que por su historial demuestra ser limpio de corruptela y que en todos sus proyectos, osea limpio de corazón y tiene obras de misericordia tangibles y visibles, se elige a dicha persona porque es quien dará al Perú el progreso que tanto requiere. 


Tonto es aquel peruano que vota irresponsable e inconcientemente por alguien que siempre miente, que siempre roba, que siempre engaña, que siempre se colude, que siempre hace el mal. 


Cristo siempre está con nosotros no físicamente aunque pronto tendremos la Parusía. Cristo muere en la Cruz pero nunca nos ha dejado huérfanos. Nuestra Señora, la siempre Virgen María siempre intercede a Dios por nosotros, pero somos nosotros que debemos arrepentirnos, convertirnos y rogar a Dios con la intercesión de la Virgen María. 


La mayoría de los seudo-católicos no entiende la razón expresa del testamento de Cristo en la Cruz que deja una importante herencia que es parte de la Salvación. 


Cuando Nuestro Señor Jesucristo vela por el bienestar de la Virgen María y de San Juan, Apóstol y Evangelista, está velando por todos nosotros. Está dejando a Su madre, la Virgen María bajo resguardo de San Juan, pero a su vez pone a San Juan bajo resguardo de la Virgen María. Esta dualidad es importante para entender y para practicar las Obras de Misericordia en nuestros hogares en todo momento. 


La enseñanza activa por medio del buen ejemplo es algo cotidiano dentro de nuestras vidas diarias. Tanto un niño como un abuelito son importantes, su trascendencia de vida puede ser diferente, por un lado un niño es ruidoso y su vida se centra en el juego y la exploración, mientras que un abuelito o abuelita camina lento, es en cierta manera silenciosa, y gusta compartir sus experiencias y conocimientos. Ambos tienen un valor intrínseco que es vital para la vida en familia, en donde todos los miembros del hogar sean parientes o amigos se enriquecen. Un adolescente aprende de esta forma a través del servicio y no a través de golpes e insultos que violan a su persona humana. Para que un adolescente visualice su futuro se basa en las acciones que aprende por esos buenos ejemplos. El dar malos ejemplos, no solo es malo, sino que por medio de eso se crea un caldo de cultivo negativo para la familia y para la comunidad. 


Todo muchacho que roba, que asesina, o que se droga no es malo en sí, lo malo es nuestra irresponsabilidad. 


Por eso, el evangelio según Lucas (10:1-42) nos orienta sobre esto. Así luego de que Nuestro Señor Jesucristo habiendo convocando a los Doce, dándoles autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y enviandolos a proclamar el Reino de Dios y a curar, y bajó del monte, encontrándose con un padre que suplicaba por su hijo endemoniado, y luego de sacar y arrojar al demonio que dominaba al muchacho: 

 

"Designó a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde Él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa." Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros." 

En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: "Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca." 

Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad. «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. 

Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! 

«Quien a vosotros os escucha, a Mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a Mí me rechaza; y quien me rechaza a Mí, rechaza al que me ha enviado.» 

Regresaron los 72 alegres, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» 

Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 

Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos.» 

En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.» 

Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron.» 

Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» 

Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?» 

Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.» 

Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás.» 

Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?» 

Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva." ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» 

El dijo: «El que practicó la misericordia con él.» 

Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo.» 

Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.» 

Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.»" 


En primer lugar, Jesús elige, designa y manda a sanar a los enfermos y sacar a los demonios, dos cosas que ningún obispo, sacerdote ni religioso de la Iglesia del Nuevo Orden Mundial de Satanás hace porque al estar excomulgados y ser anatemas no cuentan con el poder que viene de la Santísima Trinidad, de Cristo Eucaristía, de la Santísima Cruz. Si usted les pide ayuda le ponen peros: horario, precio, condiciones, o te dicen que “ahora no”, “que están cansados”, “que no tienen”, “que no son responsables”, “que quien eres tu”. Aquí en nuestra prelatura, en nuestra orden y milicia no cobramos, ni pedimos condiciones ni ponemos peros. 


Ustedes mismos vienen a nosotros diciéndonos que les cobran por una misa, por una oración, por el agua bendita, por la medallita, por la estampita, por estudiar en sus colegios y universidades, por tratarse en sus clínicas y hospitales, por enterrar a los muertos.  Eso es simonía. 


No exorcizan porque no tienen poder contra los demonios, ellos viven con los demonios y se deben a Satanás. 


No pueden hacer milagros, no pueden administrar sacramentos ni sacramentales, no pueden predicar...la razón: no provienen de la Verdad, y hay una sola Verdad y esa es la de Dios. 


En segundo lugar, Jesucristo condena con severidad a todos estos que hemos citado y obran mal. Estos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de la Iglesia del Nuevo Orden Mundial de Satanás no siendo de Dios están todos condenados al infierno, y envían a los mal llamados “fieles” al infierno. 


En tercer lugar, Jesucristo nos enseña como debemos ser en esta vida temporal terrenal, ser como el buen samaritano, perjudicarse por el prójimo, darse por el prójimo, servir en todo al prójimo. Es por eso que todos ustedes se enfocan en hacer las Obras de Misericordia. 


Muy fácil es poner el plato, y que otro ponga la comida, y luego reclamar el plato porque es tuyo. Que absurdo. Lo material no sirve de nada, mucho más valor tiene lo espiritual. Sin embargo, las diócesis satánicas alegan que a través de Respira Perú hacen el bien cuando en realidad mienten. Aquí y ahora hay ejecutivos y personal de sociedades y asociaciones que invierten en comprar y traer al Perú las plantas de oxigeno, y de esa inversión ¿cuánto dinero han puesto dichas diócesis satánicas?, nada. 


Hombre, pueden engañar a tutirimundi, pero no a Dios. Por eso mismo, Nuestro Señor Jesucristo reitera su condena a todos estos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de la Iglesia del Nuevo Orden Mundial de Satanás: 


«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. 

Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí". Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. 

El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado. 


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. 


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! 


¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!" ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? Y también: "Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado." ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él. 


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! 


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura! 


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. 


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!" Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! 


¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna? Por eso, he aquí que yo envío a vosotros profetas, sabios y escribas: a unos los mataréis y los crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde la sangre del inocente Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el Santuario y el altar. Yo os aseguro: todo esto recaerá sobre esta generación. 

¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa. Porque os digo que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!» (Mt 23:1-39). 


Ustedes conviértanse, arrepientanse de sus pecados, y renieguen de todo lo malo, para que a través de la pobreza, la humildad, el silencio, la caridad, la penitencia, la oración, la evangelización y las obras de Misericordia sean salvos con los sacramentos y sacramentales, porque deben oír y obedecer lo que nos manda Nuestro Señor Jesucristo:


«No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. 

Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? 

Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. 

Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran. 


Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis. 


No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la Voluntad de Mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" 

Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de Mí, agentes de iniquidad!" 


Así pues, todo el que oiga estas palabras Mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras Mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.» (Mt 7:6-27).  


Vivan en el silencio de María y Juan, velando y cuidando cada uno de ustedes y a los demás. Acudid con suma confianza a la oración y a la obra con piedad y penitencia, y lo que buscais os será concedido con creces, siendo el Reino de los cielos el lugar del gozo eterno de la Misericordia Divina. 


℣ Adoramus Te, Christe, et benedicimus tibi, 

℟ quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum. 


℣ Qui passus es pro nobis, Domine, 

℟ Domine, miserere nobis. 


℣ Dominus vobiscum. 

℟ Et cum spiritu tuo. 


℣ Sit nomen Domini benedictum. 

℟ Ex hoc nunc et usque in sæculum. 


℣ Adiutorium nostrum in nomine Domini. 

℟ Qui fecit cælum et terram. 


℣ Benedicat vos omnipotens Deus, 

Pătēr ĕt Fīliī ĕt Spīritūs Sānctī,  

descendat super vos et maneat semper.

℟ Āmēn. 


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