Recepción de la Santa Comunión en la lengua y de rodillas
Al introducirse el pan ázimo en la Santa Misa a partir del siglo IX, se instaura la costumbre de recibir la comunión en la lengua, como ya se hacía con los enfermos. Este uso aparece sancionado por un concilio de Rouen, bajo el reino de Luis el Pío. El concilio afirma taxativamente: «Que no se ponga la Eucaristía a ningún laico ni a ninguna mujer en las manos, sino solamente en la boca»[1].
La costumbre de recibir el Cuerpo del Señor de rodillas se fue imponiendo en Occidente progresivamente entre los siglos XI y XVI. Esta postura corporal queda reflejada en los cuadros de la Última Cena de esa época. El recibir la Comunión de rodillas introdujo el comulgatorio, desconocido en las iglesias primitivas.
Nota de pie de página
[1] "Illud etian attendat ut eos propia manu communicent, nulli auten laico aut feminae Eucharistian un manibus ponat, sed tantum in os ejus": Concilium Rothomagense, Canon 2: Mansi, vol. X, col.1199-1200.
[1] "Illud etian attendat ut eos propia manu communicent, nulli auten laico aut feminae Eucharistian un manibus ponat, sed tantum in os ejus": Concilium Rothomagense, Canon 2: Mansi, vol. X, col.1199-1200.