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Saturday, December 26, 2020
El Santo Martirio de San Esteban: 26 de Diciembre, Santo Patrono de todos los Diáconos y Subdiáconos de la Orden de los Tridentinos (O.T.)
El Santo Martirio de San Esteban: 26 de Diciembre, Santo Patrono de todos los Diáconos y Subdiáconos de la Orden de los Tridentinos (O.T.)
"El martirio de San Esteban" o "La lapidación de san Esteban" (« La Lapidation de saint Étienne », „De steniging van de Heilige Stefanus“, "The Stoning of Saint Stephen"), es una obra barroca del pintor y grabador italiano Annibale Carracci (Bolonia, 3 de noviembre de 1560 - Roma, 15 de julio de 1609). Ayer 26 de Diciembre, todos los han celebrado la conmemoración de su santo patrón quien fuera uno de los 7 Protodiáconos erigidos por los Santos Apóstoles, y Protomártir de la Cristiandad martirizado por orden del fariseo Saulo de Tarso.
Su nombre en griego: Στέφανος [Stephanos], significa ‘corona’. Dios le coronó por testificar su Fe, Dios le coronó por ser fiel a la Fe, Dios le coronó por ser ejemplo del verdadero cristiano.
Fue elegido por los Apóstoles para hacerse cargo de la distribución más justa de los recursos entre las viudas de esa comunidad. Esa es la tarea del diácono y del subdiácono.
El Subdiácono sirve al Diácono en el altar porque debe prevenir las cosas necesarias para el Sacrificio , como son corporales , cáliz , pan y vino. También da el agua al Obispo y al Sacerdote, cuando se lavan las manos en el Sacrificio de la Misa. Canta también la Epístola, la que antiguamente se decía en la Misa por el Diácono, y asiste como testigo al Sacrificio, cuidando de que ninguno perturbe al Sacerdote en la celebración. El Obispo en la Ordenación del Subdiaconado dice: "Mirad, que ministerio se os entrega: por tanto os amonesto, que os porteis de manera, que podais agradar a Dios". Desde la antigüedad el Subdiaconado fue tenido por más santo.
El Diácono, por su parte, para quienes falten en los tiempos debidos a la Misa y sermón, dando cuenta de todo al Obispo, puede exhortar y amonestar a cada uno en secreto, o corregirle y reprehenderle en público, según entendiere ser más provechoso. Debe también recontar los nombre de los catecúmenos, y presentar al Obispo los que han de ser ordenados. Puede también explicar el Evangelio en ausencia del Obispo y del Sacerdote.
El gran cuidado que se debe poner sobre que ningún indigno de tal cargo ascienda a este grado de Orden, lo mostró el Apóstol, exponiendo a Timoteo las costumbres, virtud e integridad del Diácono (1 Tim 3).
Bastantemente lo declaran también los ritos y solemnes ceremonias con que le consagra el Obispo. Porque usa de más oraciones y más santas que en la ordenación del Subdiácono, y añade otros ornamentos de vestiduras sagradas. También le impone las manos, como leemos lo hicieron los Apóstoles (Hch 14), cuando instituyeron a los primeros Diáconos, finalmente le entrega el libro de los evangelios, y le dice: "Recibe la potestad de cantar el Evangelio en la Iglesia de Dios, así por los vivos como por los difuntos, en el nombre del Señor".
Sin embargo, debemos destacar algo que muchos herejes se preguntan y nunca jamás comprenden el significado del por que el Subdiácono habiéndose colocado el velo humeral y tomando este por su extremo derecho sostiene la patena y se cubre la cara con esta durante el Santo Cánon de la Misa (la Consagración del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo Vivo y Verdadero), es un acto de suma humildad: “no soy digno de que entres en mi casa pero una palabra Tuya bastará para sanarme”.
Ser mártir es testificar que Cristo vino, vive y vendrá, que la Fe en Cristo es única y verdadera, que la Salvación solamente proviene de Dios y no del hombre. Son, pues, los santos mártires quienes vierten su sangre por poner su fidelidad toda a Dios, dar la vida toda a quien es dueño íntegramente de la vida, celebrar que su consagración de alma víctima el holocausto de su ser por Cristo quien se inmoló por todos los pecadores.
Oh, San Esteban, ruega por todos los Diáconos y Subdiáconos de la Orden de los Tridentinos para que siguiendo tu ejemplo sean firmes testigos de la Fe. Amén.