NOTA:
Hoy con sumo gozo en Cristo, conmemoramos la Sacrosanta Festividad de la Sagrada Familia, en cuya Trinidad de la Santa Familia tenemos a Nuestro Señor Jesucristo junto a sus santos padres vírgenes en la Tierra, San José y Santa Maria.
Es pues, en la Sagrada Familia que la institución de la familia cristiana se basa. Es pues, en la Sagrada Familia que el hogar catolico se sustenta. Asi lo manda Dios.
Hoy también nuestra comunidad se alegra de recibir a 201 familias policiales, que dejándolo todo, dándole la espalda a la muerte, eliminando a Satanás de sus vidas, regresan al seno de la Iglesia a donde siempre han pertenecido.
Han sabido escuchar a Cristo tocándoles la puerta. Han sabido incomodarse y levantarse para abrir las puertas y las ventanas para que Cristo entre a sus corazones, para que Cristo limpie sus almas de la mugre del mal, para que Cristo, Rey y Señor nuestro, los reciba con todo Su Amor Misericordioso.
Han participado en familia de un retiro de silencio en internado estricto y Cristo Eucaristía estando siempre presente mañana, tarde y noche.
Han seguido un régimen de preparacion catecumena porque el bautismo que habían recibido de manos de los herejes es un simple bautismo de agua y para nada lleno del Espíritu Santo, aquí y ahora recibirán también el golpe en la cara que el Obispo les dará para que nunca traicionen a Nuestro Señor Jesucristo, y también cada una de sus almas albergará a la Sagrada Hostia que contiene a Cristo Vivo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad y no aquel sacrilegio de la misa satánica.
En presencia de toda la comunidad firmaran ante Dios, Uno y Trino, su compromiso de adhesión e integración a la vida seglar, para vivir en esta comunidad, en la casita que la comunidad les otorga desde ya como hermanos en Cristo y Maria, como Soldados para la Bandera de la Santa Cruz y el Santo Rosario, despreciando los bienes materiales, despreciando todo lo satánico, y prestos al combate contra el Maligno.
Yo les pregunto: ¿acaso no se sienten bien sin la podredumbre de sus pecados?, ¿acaso no se sienten libres sin las cadenas del mal?, ¿acaso no ven con mayor claridad cuando en la oscuridad del mal los sentidos los tenian atorados y sin reacción?
Los militares sabemos el disfrute de un buen baño para quitarnos el sudor de la marcha, el barro y el polvo de la marcha, la sangre que se nos pega. Y luego viene la vianda que nos reconforta junto con el agua que calma nuestra sed. Y más luego el descanso merecido que al despertar nos sentimos con más fuerza para la batalla.
Ahora están en familia, ahora son familia, ahora mismo la Sagrada Familia los une a todos nosotros en esta comunidad.
Que estuvieron excomulgados, si. Que estuvieron perdidos sin camino alguno, si. Que no tuvieron horizonte porque Satanás no quería que se fueran de la condenación del infierno, si.
Pero Cristo Jesus lo ha salvado. Cristo Jesús los ha redimido. Cristo Jesus los ha llamado, y han sabido escuchar como ovejas al Pastor.
Pobres si aquellos que no lo hacen, porque el llanto y el rechinar de dientes seguirá eternamente para ellos en el hoyo de la muerte. Allá aquellos, roguemos por ellos, pero nunca consintamos que lo que hacen está bien y justo, porque es maldad inspirada y guiada por Satanás, consentida y orientada por los sacerdotes del demonio.
¡Ven Espiritu Santo Paraclito y llena los corazones de Tus Fieles!
El hogar queridos hermanos y hermanas no es la casa, una estructura. El hogar es donde habita tu corazón. El hogar es donde se enciende el fuego y se cocina, para juntos compartir los alimentos en la calidez y luz, compartir incluso con el amigo que ya forma parte del hogar, compartir con el prójimo que es Cristo pobre. Vivir así en la sencillez, en la humildad, en la pobreza es ser el fiel reflejo de la santidad de la Sagrada Familia, ejemplo que todos debemos seguir todos los días de nuestra vida terrena hasta que Dios nos llame a vivir la Verdadera Vida.
Ni siquiera nosotros los clérigos, habiendo sido militares de carrera, veteranos de guerra, tenemos privilegios. Aqui ningun clerigo les pide dinero. Aquí ningún clérigo negocia con los Sacramentos, Sacramentales ni Indulgencias. Todo lo administran los seglares, ustedes. Nosotros los clérigos solamente administramos los Sacramentos. ¡Que gran diferencia!, ¿no? Mientras que los sacerdotes de Satanás te ponen tarifas exorbitantes, aquí solamente vivimos de limosnas y de sus diezmos semanales es más que suficiente, y si ustedes quieren invertir, ustedes mismos gestionan todo, nosotros a lo justo ponemos manos a la obra, trabajando como obreros como debe ser, ensuciandonos con el trabajo por el pan de cada dia.
Todos los recursos económicos y las inversiones de nuestra Iglesia, el sostenimiento de las capillas y oratorios, el dispensario y el hospicio, los colegios y universidades, está bajo gestión de los seglares. Aquí ninguno de nosotros: obispos, sacerdotes, diáconos, subdiaconos, acólitos y el resto de las órdenes menores, cleros secular y regular, ninguno se da un descanso levantando las patas al aire, ni poniendo horarios de atención, y huyendo de las epidemias y pestes. La cobardía y la simonía no son de Dios. Y somos familia, y somos parte de la comunidad, y somos Iglesia.
¿Ven cuán engañados han estado del lado de Satanás? El padre de la mentira hace siempre las cosas a su gusto para hacer parecer lo malo como bueno, lo falso como verdad, lo imperfecto como correcto, lo horrible como bello, lo caro como oferta, lo imposible como práctico. Y eso es lo que vomita diariamente Bergoglio, el Falso Profeta del Apocalipsis. Engañando y abriéndole camino al Anticristo que ya está aquí en la Tierra.
Las oblaciones de los fieles se dividen en tres partes:
Una, para los pobres otra,
Otra para la conservación de las iglesias y culto divino, y
La última, para el clero.
Mientras que en la Iglesia del Nuevo Orden Mundial de Satanás la gestionan como les da la gana:
Una para mi brasier y calzon,
Una para mi tampón,
Una para mi camioneta nueva cuatro por cuatro de alta gama,
Otra para mantener a mi amante, hombre o mujer.
Y lo último que queda, el sencillo para la misa, si es que sobra y basta.
Pobres tontos, que condenados están al infierno.