Sunday, October 25, 2020

Feast of Christ the King Sovereign Priest Tridentine Mass - Sunday 25 October 2020 ✝️ Missa Tridentina de la Fiesta de Cristo Rey Sumo Sacerdote - Domingo 25 de Octubre de 2020 🛐

Feast of Christ the King Sovereign Priest Tridentine Mass - Sunday 25 October 2020
Misa Tridentina de la Fiesta de Cristo Rey Sumo Sacerdote - Domingo 25 de Octubre de 2020

Predicación de la Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey, Soberano y Sumo Sacerdote. Domingo 25 de Octubre de 2020

Predicación de la Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey, Soberano y Sumo Sacerdote. Domingo 25 de Octubre de 2020


"El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina.
Jesús le respondió: «He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas. ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me han oído lo que les he hablado; ellos saben lo que he dicho.»
Apenas dijo esto, uno de los guardias que allí estaba, dio una bofetada a Jesús, diciendo: «¿Así contestas al Sumo Sacerdote?»
Jesús le respondió: «Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?»
Anás entonces le envió atado al Sumo Sacerdote Caifás.
Estaba allí Simón Pedro calentándose y le dijeron: «¿No eres tú también de sus discípulos?»
Él lo negó diciendo: «No lo soy.»
Uno de los siervos del Sumo Sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dice: «¿No te vi yo en el huerto con Él?»
Pedró volvió a negar, y al instante cantó un gallo.
De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder así comer la Pascua.
Salió entonces Pilato fuera donde ellos y dijo: «¿Qué acusación traéis contra este hombre?»
Ellos le respondieron: «Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.»
Pilato replicó: «Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra Ley.»
Los judíos replicaron: «Nosotros no podemos dar muerte a nadie.»
Así se cumpliría lo que había dicho Jesús cuando indicó de qué muerte iba a morir.
Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el Rey de los judíos?»
Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de Mí?»
Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?»
Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.»
Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?»
Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la Verdad. Todo el que es de la Verdad, escucha Mi voz.»
Le dice Pilato: «¿Qué es la verdad?»" (Jn 18:19-38).

Identico al gobierno de Vizcarra, al estado del ministro militar mariquita Martos, y al obispo Castillo de Satanás.

Nosotros leemos y meditamos la Palabra de Dios, en la Palabra de Dios, con la Doctrina, con el Magisterio, y principalmente, con la Sacrosanta Tradición. Aquellos pecadores no. "Que no tengo tiempo". "Que me aburro". Ah, se aburren porque no viven en Dios, porque no viven santamente, habitan todos los días y noches en pecado. ¿Como no se van a aburrir? Nosotros imperfectos vivimos nuestra vida corporal pero insistimos una y otra vez, a cada momento, en vivir en una VIDA ESPIRITUAL.

Como aquellos paganos no quieren tomarse el tiempo, y dedicarle todo su tiempo, osea, toda la vida, porque no es su vida, es la vida que Dios les ha dado pero en lugar de retornarsela a Dios se la entregan a Satanás, leen una Perícopa o Perícopas. La palabra Perícopa proviene del griego περικοπη, pericopé que significa "corte". Se dan cuenta, a propósito, y deliberadamente, cortan la Palabra de Dios porque no les importa vivir como Dios manda, no quieren tener ninguna obligación para con Dios, no les importa Dios. Por eso, prefieren vivir con Satanás, hacerle la misa a Satanás, comer lo porqueria que les da Satanás, obedecer lo que les ordena Satanás: "mata, roba, miente, tu eres primero los demás no importan".

¿Que hacen la Hora Santa? ¿Que le rezan a la Virgen? Será que rajan, chismosean, habladurías y palabrerías. ¿Eso es orar? Para aquellos, si. Según ellos ya se salvaron. ¡Pobres imbeciles! ¡Pobres farsantes! «¡Hasta el Hades se hundirán! » (Mt 11:23)

Llegan hasta el colmo del pecado: entran con los pies sucios al templo, con las patas cochinas manchan la sacralidad de la Casa de Dios. A aquellos no les importa porque si no se lavan espiritualmente en el Sacrosanto Sacramento de la Penitencia ni se lavan y ni descalzan para ENTRAR LIMPIOS al Templo Santo. ¿Asi quieren entrar al Reino de los cielos? Yo los votaria a todos por COCHINOS MUGRIENTOS. Más limpio está ese mendigo que desprecian en la puerta del templo porque son como el rico epulón, y como tal deben vivir a plenitud el sufrimientos eternos y perpetuos en el fondo del infierno.

Aquellos no quieren oír a Jesucristo, no le quieren obedecer cuando dice: «¡y dichoso aquel que no halle escándalo en Mí!» (Mt 11:6). Y sin embargo, aquellos son escandalosos.

"Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y Jesús encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, entró y echó a todos fuera del Templo, afuera a todos los que vendían y compraban en el Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas:
«Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de Mi Padre una casa de mercado.»
Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por Tu Casa me devorará." (Jn 2: 13-17)
El apóstol y evangelista Mateo, cita una frase demoledora con la que Jesucristo Nuestro Rey y Señor los sanciona a todos aquellos en un solo zas de una vez por todas: «Está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración. ¡Pero vosotros estáis haciendo de ella una cueva de bandidos!» (Mt 21:13). Y que más tarde en el capítulo 23 de Mateo, el mismo Cristo los condena eternamente.

Ah, pero ustedes le preguntan a esos y le responden "no se refiere a nosotros", "ahi no dice eso". Niegan que están condenados, niegan que están excomulgados, niegan que son pecadores, niegan que son servidores y adoradores de Satanás. Que les da la gana de escuchar y hacer todo lo que vomita el maldito hereje, anatema, apóstata, excomulgado, antipapa, falso san Francisco, Bergoglio Falso Profeta del Apocalipsis y adorar a la pachamama, al anticristo, a Satanás.

Pues bien, ya falta poquito, y por si acaso, ya está cayendo el severísimo castigo de Dios, que quieran o no les tiene que llegar ahora y antes de que se zambullan en el lago del fuego eterno.

«¿Veis todo esto? Yo os aseguro no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derruida.» (Mt 24:2)
«Mirad que no os engañe nadie. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy el Cristo", y engañarán a muchos. Oiréis también hablar de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin. Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento.
Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente. Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.» (Mt 24: 5-13).
«Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea, que entienda)» (Mt 24:15).

«¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?
Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: "Mi señor tarda", y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.» (Mt 24:45-51).

«Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio.
Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes.
Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas.
Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron.
Mas a media noche se oyó un grito: "¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!"
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan." Pero las prudentes replicaron: "No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis."
Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: "¡Señor, señor, ábrenos!"
Pero él respondió: "En verdad os digo que no os conozco."
Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.

Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó.
Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco.
Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos.
En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos.
Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado." Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor."
Llegándose también el de los dos talentos dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado." Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor."
Llegándose también el que había recibido un talento dijo: "Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo." Mas su señor le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses.
Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."
Cuando el Hijo del hombre venga en Su gloria acompañado de todos Sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.
Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.
Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"
Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a Mí me lo hicisteis."

Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis."
Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"
Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo." E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.» (Mt 25:1-46).

"Por tanto, hermanos santos, partícipes de una vocación celestial, considerad al apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe, a Jesús, que es fiel al que le instituyó, como lo fue también Moisés en toda su casa. Pues ha sido juzgado digno de una gloria en tanto superior a la de Moisés, en cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa misma. Porque toda casa tiene su constructor; mas el constructor del universo es Dios.
Ciertamente, Moisés fue fiel en toda su casa, como servidor, para atestiguar cuanto había de anunciarse, pero Cristo lo fue como hijo, al frente de Su propia casa, que somos nosotros, si es que mantenemos la entereza y la gozosa satisfacción de la esperanza.
Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, el día de la provocación en el desierto, donde me provocaron vuestros padres y me pusieron a prueba, aun después de haber visto mis obras durante cuarenta años. Por eso me irrité contra esa generación y dije: Andan siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos.
Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso!
¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo; antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca seducido por el pecado. Pues hemos venido a ser partícipes de Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el fin la segura confianza del principio.
Al decir: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, ¿quiénes son los que, habiéndole oído, le movieron querella? ¿Es que no fueron todos los que salieron de Egipto por medio de Moisés? Y ¿contra quiénes se irritó durante cuarenta años? ¿No fue acaso contra los que pecaron, cuyos cadáveres cayeron en el desierto? Y ¿a quiénes juró que no entrarían en su descanso sino a los que desobedecieron?
Así, vemos que no pudieron entrar a causa de su incredulidad." (Hb 3: 1-19).

"Temamos, pues; no sea que, permaneciendo aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros parezca llegar rezagado.
También nosotros hemos recibido una buena nueva, lo mismo que ellos. Pero la palabra que oyeron no aprovechó nada a aquellos que no estaban unidos por la fe a los que escucharon.
De hecho, hemos entrado en el descanso los que hemos creído, según está dicho: Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde la creación del mundo, pues en algún lugar dice acerca del día séptimo: Y descansó Dios el día séptimo de todas sus obras.
Y también en el pasaje citado: ¡No entrarán en mi descanso!
Por tanto, quedando en claro que algunos han de entrar en Él, y que los primeros en recibir la buena nueva no entraron a causa de su desobediencia, vuelve a señalar un día, hoy, diciendo por David al cabo de tanto tiempo, como queda dicho: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones... Porque si Josué les hubiera proporcionado el descanso, no habría hablado Dios más tarde, de otro día.
Por tanto es claro que queda un descanso sabático para el pueblo de Dios. Pues quien entra en su descanso, también Él descansa de sus trabajos, al igual que Dios de los suyos.
Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que nadie caiga imitando aquella desobediencia.
Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón. No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta.
Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna." (Hb 4: 1-16).

Es por eso, que nosotros fieles, conscientes de que no somos nada ni nadie, y agradecidos por haber sido creados por Dios, nos conmovemos, lloramos, nos entregamos, y lo adoramos postrados con el rostro en el suelo al cantar el Agnus Dei, el Sanctus, el Gloria, en el canon de la Consagración, y al recibir con suma devoción y reverencia la Sacrosanta Comunión.

Aquellos pecadores excomulgados, herejes, anatemas y apóstatas dicen que "hacen la misa" y, según ellos, lo adoran...dándole la espalda, bailando, haciendo ruido, proclamando disparates, ofendiendo y profanando el altar, el templo y la Eucaristía. No mis queridos, aquellos condenados al patíbulo del infierno no adoran sino a Satanás, por más que se golpeen el pecho, por mas que lloren, por mas que se seudo-confiesen, en la comunion no está Cristo Jesus para ellos, con su limosna barata, sus murmullos y chismoserias y rajes en el templo. ¡MALDITOS SEAN PECADORES APÓSTATAS!

Jesucristo los maldice y los hecha del Reino maldito gobierno, estado e iglesia del Nuevo Orden de Satanás. No maldice al Peru. Bendice a los Peruanos y no a ustedes GENOCIDAS.

Jesucristo es Rey Eterno, desde siempre y para siempre, Alfa y Omega.

"El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande.
Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por Tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín. Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su tirano - has roto, como el día de Madián.
Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre serán para la quema, pasto del fuego.
Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre Su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz».
Grande es Su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre Su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Dios Todopoderoso y Omnipotente hará eso.
Una palabra ha proferido el Señor en Jacob, y ha caído en Israel. Sabedla, pueblo todo, Efraím y los habitantes de Samaría, los que con arrogancia y engreimiento dicen: «Los ladrillos han caído, pero de sillar edificaremos; los sicómoros fueron talados, pero por cedros los cambiaremos.»" (Is 9:1-9).

"No temas, hija de Sión; mira que viene Tu Rey montado en un pollino de asna." (Jn 12:15).
"¡Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría, hija de Jerusalén! He aquí que viene a ti Tu Rey: justo Él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cría de asna." (Zac 9:9).

Esta es la Sacrosanta Palabra de Dios. Preparaos para recibidle. Haced oración, penitencia, ayuno, abstinencia, y obras de misericordia. Entregadle el alma entera y devolverle el ciento por uno, porque nada es nuestro, y todo de nuestro Rey y Señor.
Amén.

—Rvdo. P. Horacio Valdes, Predicador Penitenciario, O.T.

Predicación de la Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey, Soberano y Sumo Sacerdote. Domingo 25 de Octubre de 2020.