La primera frase es una referencia al cuarto Égloga de del poeta romano Publio Virgilio Marón, contenidos en un pasaje (líneas 5-8) que dice textualmente:
«Ultima Cumaei venit iam carminis aetas;
Magnus ab integro saeclorum nascitur ordo.
iam redit et Virgo, redeunt Saturnia regna,
iam nova progenies caelo demittitur alto.»
«Ahora ha llegado la era final de la canción de Sibila;
La gran orden de las edades nace de nuevo.
ahora vuelve la justicia, regresan las reglas honradas (o el regreso del reinado de Saturno);
ahora se envía un nuevo linaje desde lo alto del cielo».
El sello en sí mismo que lleva la primera frase es masónico dado que todos los padres de la independencia de los Estados Unidos eran masones.
De otro lado, y sin guardar relación alguna con el primer lema, los protocristianos leían el poema de Virgilio como una profecía milinarista de la Parusía de Cristo. La Era precristiana del Imperator Caesar Divi filius Augustus (Emperador romano César Augusto, Roma, 23 de septiembre de 63 a. C.- Nola, 19 de agosto de 14 d. C.), fue vista como una era dorada que prepara al mundo para la venida de Cristo. Los grandes poetas de esta época fueron vistos como una fuente de revelación y luz sobre los misterios cristianos por venir.
Volviendo al Gran Sello, el autor del mismo fue William Barton, un abogado, erudito y heraldista de Filadelfia al que Sam Adams (uno de los padres fundadores de los Estados Unidos) comisionó en 1782 y que él mismo publicara en "Device for an Armorial Atchievement for the United States of North America, blazoned agreeably to the Laws of Heraldry". El Congreso de los Estados Unidos mediante Resolución de 1782 aprobó el mismo a pesar de lo consideraban técnicamente incorrecto según las reglas heráldicas tradicionales inglesas de la época.
El lema del Sello Presidencial «E pluribus unum» significa en Latín «Uno de muchos», o «Uno de tantos».
Luego de esta explicación pasamos al punto central: la carta abierta del Arzobispo Carlo María Viganò, ex Nuncio Apostólico del Vaticano en Estados Unidos dirigida a Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos que transcribimos textualmente como sigue en español:
7 de junio de 2020
Domingo de la Santísima Trinidad
Señor Presidente,
En los últimos meses hemos sido testigos de la formación de dos lados opuestos que yo llamaría Bíblicos: los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad. Los hijos de la luz constituyen la parte más conspicua de humanidad, mientras que los hijos de la oscuridad representan una minoría absoluta. Y Sin embargo, los primeros son objeto de una especie de discriminación que los coloca en una situación de inferioridad moral con respecto a sus adversarios, quienes a menudo sostienen posiciones estratégicas en el gobierno, en la política, en la economía y en los medios. De una manera aparentemente inexplicable, los buenos han sido tomados como rehenes por los malvados y por aquellos que los ayudan, ya sea por interés propio o por miedo.
Estos dos lados, que tienen una naturaleza Bíblica, siguen la clara separación entre la descendencia de la Mujer y la descendencia de la Serpiente. Por un lado, están aquellos que, aunque tienen mil defectos y debilidades, están motivados por el deseo de hacer el bien, ser honestos, formar una familia, por trabajar, por dar prosperidad a su tierra natal, para ayudar a necesitados y, en obediencia a la Ley de Dios, merecer el Reino de los Cielos. Por otro lado, hay quienes se sirven a sí mismos, que no tienen nada de principios morales, que quieren demoler la familia y la nación, explotan a los trabajadores para hacerse excesivamente ricos, fomentan divisiones internas y guerras, y acumulan poder y dinero: para ellos la ilusión falaz del bienestar temporal algún día, si no se arrepienten, cederá ante el terrible destino que les espera, lejos de Dios, en condenación eterna.
En la sociedad, señor presidente, estas dos realidades opuestas coexisten como enemigos eternos, así como Dios y Satanás son enemigos eternos. Y parece que los hijos de la oscuridad, a quienes podemos identificar fácilmente con el Estado Profundo al cual usted se ha opuesto sabiamente y que está librando una guerra feroz contra usted en estos días – han decidido mostrar sus cartas, por así decirlo, revelando ahora sus planes. Ellos parecen estar tan seguros de tener todo bajo control que han dejado de lado esa circunspección que hasta ahora tenían al menos parcialmente de ocultar sus verdaderas intenciones. Las investigaciones ya en curso revelarán la verdadera responsabilidad de quienes manejaron la emergencia de Covid no solo en el área de la atención médica, sino también en política, economía y medios de comunicación. Probablemente descubriremos que en esta colosal operación de ingeniería social hay personas que han decidido el destino de la humanidad, apropiándose del derecho a actuar contra la voluntad de los ciudadanos y sus representantes en los gobiernos de las naciones.
También descubriremos que los disturbios en estos días fueron provocados por aquellos quienes, al ver que el virus se desvanece inevitablemente y que la alarma social de la pandemia está disminuyendo, necesariamente han tenido que provocar disturbios civiles, porque serían seguidos por una represión que, aunque legítima, podría ser condenada como una agresión injustificada contra la población. Lo mismo también está sucediendo en Europa, en perfecta sincronía. Está bastante claro que el uso de protestas callejeras es fundamental para los propósitos de aquellos que desean ver a alguien elegido en las próximas elecciones presidenciales quien encarne los objetivos del Estado Profundo y que exprese esos objetivos fielmente y con convicción. No sorprendería si, en unos pocos meses, nos enteramos una vez más que escondidos detrás de esos actos de vandalismo y violencia hay quienes esperan sacar provecho de la disolución del orden social para construir un mundo sin libertad: Solve et Coagula, como enseña el adagio Masónico.
Aunque pueda parecer desconcertante, las alineaciones opuestas que he descrito también se encuentran en círculos religiosos. Hay Pastores fieles que cuidan el rebaño de Cristo, pero también hay mercenarios infieles que buscan esparcir el rebaño y entregar las ovejas para que sean devoradas por lobos hambrientos. No es sorprendente que esos mercenarios sean aliados de los hijos de la oscuridad y odien a los hijos de la luz: así como hay un Estado Profundo, también hay una iglesia profunda que traiciona sus deberes y renuncia a sus compromisos apropiados ante Dios. Así el Enemigo Invisible, contra quien los buenos gobernantes luchan en los asuntos públicos, también es contrarrestado por buenos pastores en la esfera eclesiástica. Es una batalla espiritual, de la que hablé en mi reciente Apelación que se publicó el 8 de mayo.
Por primera vez, Estados Unidos tiene en usted un presidente que defiende valientemente el derecho a la vida, a quien no le da vergüenza denunciar la persecución de cristianos en todo el mundo, que habla de Jesucristo y del derecho de los ciudadanos a la libertad de culto. Su participación en la Marcha Por La Vida, y más recientemente su proclamación del mes de abril como el Mes de Prevención de Abuso Infantil Nacional, son acciones que confirman de qué lado usted desea seguir luchando. Y me atrevo a creer que los dos estamos del mismo lado en esta batalla, aunque con diferentes armas.
Por esta razón, creo que el ataque al cual usted fue sometido después de su visita al Santuario Nacional de San Juan Pablo II forma parte de la narrativa orquestada de los medios que no busca luchar contra el racismo y llamar al orden social, sino agravar las disposiciones; no es para traer justicia, sino para legitimar la violencia y el crimen; no para servir a la verdad, sino para favorecer a una facción política. Y es desconcertante que haya obispos, —como aquellos a quienes recientemente he denunciado— quienes, por sus palabras, prueban que están alineados con el lado opuesto. Están subordinados al estado profundo, al globalismo, al pensamiento alineado, al Nuevo Orden Mundial que invocan cada vez con más frecuencia en nombre de una hermandad universal que no tiene nada de cristiano, sino que evoca los ideales Masónicos de aquellos que quieren dominar el mundo expulsando a Dios de los tribunales, de las escuelas, de las familias, y tal vez incluso fuera de las iglesias.
El pueblo estadounidense es maduro y ahora ha entendido cuánto los principales medios de comunicación no quieren difundir la verdad sino buscan silenciarla y distorsionarla, difundiendo la mentira que es útil para los propósitos de sus maestros. Sin embargo, es importante que los buenos, que son la mayoría, se despierten de su lentitud y no acepten ser engañados por una minoría de personas deshonestas con propósitos no reconocibles. Es necesario que los buenos, los hijos de la luz, se unan y hagan oír sus voces. ¿Qué manera más efectiva hay para hacer esto, señor presidente, que, en oración, pidiéndole al Señor que lo proteja a usted, a los Estados Unidos y a toda la humanidad de este enorme ataque del enemigo? Ante el poder de la oración, los engaños de los hijos de las tinieblas colapsarán, sus complots serán revelados, se mostrará su traición, su poder aterrador terminará en nada, sacado a la luz y expuesto por lo que es: un engaño infernal.
Sr. Presidente, mi oración se dirige constantemente la amada nación estadounidense, donde tuve el privilegio y el honor de ser enviado por el Papa Benedicto XVI como nuncio apostólico. En esta hora dramática y decisiva para toda la humanidad, yo estoy orando por usted y también por todos los que están a su lado en el gobierno de los Estados Unidos. Confío en que el pueblo estadounidense esté unido conmigo y en oración al Dios Todopoderoso.
Unidos contra el Enemigo Invisible de toda la humanidad, los bendigo a ustedes y a la Primera Dama, a la amada nación estadounidense, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
+ Carlo María Viganó
Arzobispo Titular de Ulpiana
Ex nuncio apostólico en los Estados Unidos de América
A primera vista, uno puede evaluar rápidamente la carta y calificarla de inofensiva, genérica una carta de un pastor a un fiel. Pero el ojo experto vislumbra otro contenido, uno oculto, especialmente cuando el interlocutor no es un feligrés muy piadoso que digamos y hace más lo de Satanás que lo de Jesucristo.
Primero, hay que tener en cuenta quien es Viganó. Viganó fue transferido de fue transferido a la oficina del secretario de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, presidido por el cardenal Giovanni Lajolo, 16 de julio de 2009 durante el gobierno eclesial de S.S. Benedicto XVI. Su gestión, a través de procedimientos contables centralizados y de verificación de costos, condujo desde un déficit equivalente a más de 10 millones de dólares en 2009 hasta alcanzar un saldo positivo equivalente a aproximadamente 44 millones de dólares al año siguiente. Sospechosamente, en reiteradas ocasiones solicitó que lo retiraran de esta posición debido a la fricción con varias personas prominentes del Vaticano, y fue así que el 19 de octubre de 2011 fue nombrado nuncio apostólico en los Estados Unidos de América. Permaneció allí hasta el 12 de abril de 2016, cuando, después de presentar su renuncia según lo prescrito a la edad de 75 años, se anunció el nombramiento de su sucesor. Algo que la gente común no advierte y que los "lobos travestidos de oveja" no revelan al redil, es que su cargo de nuncio en Washington, D.C. coincidió plenamente con la administración del Dr. Barack Hussein Obama II, 44° Presidente de los Estados Unidos. Mientras asistía y engullía en reuniones sociales y diplomáticas washingtonianas nunca jamás se dirigió al Presidente Barack Obama para protestar, comentar o aconsejarle por:
- La inclusión de estadounidenses LGBT
- El matrimonio igualitario
- El control de armas
- La intervención militar a Irak y Afganistan
- La situación de los católicos en Tierra Santa (Palestina y Siria) y en China
- La invasión rusa a Ucrania
- El Acuerdo de París de 2015 sobre el Cambio Climático
- La cuestionada nominación de candidatos a la Corte Suprema
- El ObamaCare
- La ciberseguridad y el ciberespionaje
- Los asentamientos israelíes y su amurallamiento
- Las relaciones con Cuba y Venezuela
- La inmigración latina
- La pobreza estadounidense
- Y, principalmente, The President's Task Force on 21st Century , y que, sospechosamente, hoy día nadie quiere recordar, incluyendo a Viganó.
Y es aquí en donde nos preguntamos: ¿Por qué Viganó protesta como cabra loca para que Trump ponga mano dura y asesine a estadounidenses que pagan sus impuestos para mantener fuerzas policiales para que les protejan del crimen? Impuestos que el Sr. Viganó gozó en grandes parrandas, con escolta armada, vehículos blindados de alta gama, y vigilancia y protección las 24 horas del día. ¿Por qué no vociferó o vomitó algo por las protestas de costa a costa por el asesinato de Michael Brown de 18 años, en Ferguson, periferia de Saint Louis, Missouri por el policía Darren Wilson de 28 años el 9 de agosto de 2014. Y que su amiguito Obama mandó a la Guardia Nacional a reprimir a balazos, bolas y palazos al pueblo, entre ellos a tres sacerdotes católicos? Allí este sujeto Viganó no se acuerda, se le cae el calzón y los lentes. Allí si se hace el ciego, mudo, sordo y el que no sabe. ¡Sr. Viganó mientras usted engordaba con los buffets washingtonianos un niño negro moría en la calle tiroteado por un policía que usted alienta a matar! Usted es tan asesino como Obama y Trump.
Nos parece excelente que usted revele las cochinadas de su compinche Bergoglio pero seria bueno que desembuche sobre el dinerito del Vaticano, que una millonada como esa no es una propina. ¿Será por eso que se golpea el pecho y anda medio desnudo con buena compañía masculina en un apartamento de lujo en Roma?
El Estado de la Ciudad del Vaticano es caja de resonancia de las agencias de inteligencia estadounidenses, y desde el lío gordo que tuvo en manos durante su placentera estancia en la gobernatura lo uso para mover contactos y venderse al mejor postor en Estados Unidos. Doble Agente, sí, que trabaja para Satanás y se golpea el pecho como fariseo profesional, a no dudarlo. Lo mas importante, esta por lo que comenzamos, patea de medio campo pero para el Nuevo Orden Mundial que dice atacar.
Aquí no se trata de echar una cortina de humo y nos acusen de defensores y propagandistas de la Teología de la liberación, que no lo somos. Más bien atacamos todo lo que es APOSTASÍA. Casualmente lo suyo y lo de sus fanáticos seguidores y defensores eso es: APOSTASÍA.
Una manera de demostrar que usted no es apostata, es saliendo con su pareja de su escondrijo y fungir de buen y santo sacerdote a la vista pública, un reto a su compinche Bergoglio que se las tiene juradas. No estaría mal morir como mártir a manos del Falso Profeta del Anticristo.
Dr. illuminati, De la cara, y digale en su cara lo que usted denuncia pero no se rasgue las vestiduras porque ya se le ve el calzón sucio que lleva puesto.
-Haliaeetus leucocephalus
P.D.
Ci manca così tanto nella città di Washington