CASTIDAD CONTRA LUJURIA: Celo de los santos para corregir los escándalos de lujuria
"De San Francisco Javier escribía el Padre Pedro de Ribadeneyra, S.J. (Toledo, 1526 - Madrid, 1611), biógrafo, hagiografo, historiador de la Iglesia y escritor ascético español:
«Dábale Dios singular gracia en sacar de pecados a los hombres mal acostumbrados y envejecidos en ellos. En sabiendo que alguno andaba enlazado y ciego en algún amor deshonesto, o perdido de torpe afición, no le iba luego a la mano, mas con un santo artificio, se le entraba por las puertas; hacíale su amigo y familiar, y habiéndose ganado la voluntad, él mismo se convidaba y se quedaba a comer con él. Cuando ya veía aquel alma dispuesta para oír las amonestaciones y consejos saludables, embestía con ella y venía a quitarle las malas compañías y ocasiones de pecar; y si no podía de un golpe arrancar todos los pecados, iba con tal suavidad y destreza ablandando poco a poco el corazón, que uno a uno le quitaba a todos. Así quitó a un hombre, una a una, ocho mujeres, con las cuales vivía deshonestamente»
En la Milicia, Dios nos ha dado la gracia de contar con verdaderos sacerdotes que siempre y en todo lugar son:
- Almas víctimas consagradas;
- Santos ejemplos personales que con su silencio con alegría en el Señor, nos retaban a seguirles y ser mejores hijos fieles de Cristo y María.
Comparados con el estiércol jesuítico actual, aquellos ignacianos eran verdaderos santos que salvaban almas cada segundo.
FUENTE
P. Ramón J. De Muñana, S.J., Nuevo Catecismo Español en Ejemplos. Editorial Sal Terrae (Primera edición, Santander, España 1964), Lección 62 - Las Siete Virtudes contra los Siete Vicios o Pecados Capitales, N° 2.769, p. 929.
COMENTARIO Y EDICION
P. César Asconte, MSIC®™.
Publicado el Domingo de Sexagésima, Domingo 16 de Febrero de 2020.