¿POR QUÉ LAS FAMILIAS TRIDENTINAS SON NUMEROSAS?
Todo hogar es grandemente bendecido por Dios, nuestro Señor, en él habitan los Corazones de Jesús y María porque toda la familia vive su consagración a ellos con santiadad.
Es el hogar cristiano, el que al fuego del mismo, en el aroma de los guisos y las sopas, reune en torno a sí a la familia y recibe en ella a los parientes, amigos y forasteros quienes juntos comparte el potaje, el calor de hogar, la Fe.
Las palabras divinas: "bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y multiplicaos»" (Gen I:22)... «Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne» (Gen II:24).
«Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado; las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas» (Dt VI:6-9).
Pero la síntesis central de la familia es la Sagrada Eucaristía y por ello el hogar vive ardientemente las palabras de Nuestro Señor Jesucristo:
«El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a Mí, no es digno de Mí.
El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de Mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por Mí, la encontrará.
Quien a vosotros recibe, a Mí me recibe, y quien me recibe a Mí, recibe a Aquel que me ha enviado.
Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá.
Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa» (Mt X:37-42).
Es por ello que en nuestros hogares tridentinos la familia es solidad y escasa de necesidades. En ella la maldad no existe, no hay aborto, eutanasia, suicidio ni homicidio. Existe vida y Vida en abundancia.