Novena por la Redención a los Excomunicables ex delicto y, la posterior Sacrosanta Excomunión con campana, libro y vela a todos los Defensores de la Policía Genocida del Perú y a toda su parentela
Novena por la Redención a los Excomunicables ex delicto
Novena al Sagrado Corazón de Jesús ante el Santísimo Sacramento (Adoración Eucarística rezando los Quince Misterios del Santo Rosario) del Martes 1 al Miércoles 9 de Diciembre de 2020.
Sacrosanta Excomunión con campana, libro y vela a todos los Defensores de la Policía Genocida del Perú y su parentela, y a todos los trabajadores de las dichas empresas propias y relacionadas a los excomunicables
Ceremonia de Excomunión: Viernes 11 de Diciembre de 2020, Conmemoración de San Dámaso I, Papa.
Se aplica la pena de Excomunión con campana, libro y vela a los siguientes excomunicables:
- Edward Phillip Alexander Butters Rivadeneira DNI:09151436 RUC:17475256085
- Por la defensa de policías asesinos justificando sus actos criminales
- Por levantar falsos testimonios y mentir
- Humberto Martín Ortiz Pajuelo "Beto Ortiz" DNI:09301034 RUC:10093010341 BETO A SABER Producciones E.I.R.L. RUC: 20475191871
- Daniel Belizario Urresti Elera DNI:43863835 RUC:10438638356
- Por el el asesinato del periodista Hugo Bustíos Saavedra y la tentativa de asesinato del periodista Eduardo Rojas Arce, ambos periodistas de la Revista CARETAS, hechos ocurridos el 24 de noviembre de 1988
- Por la autoria intelectual del joven estudiante Ever Pérez Huamán el 9 de febrero de 2015.
- Agenciaperu Producciones S.A.C. (Willax Televisión) RUC:20521683768
- Enrique Adolfo Luna Victoria DNI:07943337 RUC:10079433379
- Erasmo Jesus Rolando Wong Lu Vega DNI:08255169 RUC:10082551692
- Gilberto Antonio Bernardo Hume Hurtado DNI:08270199 RUC:10082701996
- Luis Fernando Palomino Miranda DNI:09075840 DNI:10090758409
- Alvaro Benitez Kongfook DNI:09875807 DNI:10098758076
- Wilfredo Jaime Roberto Ma Luzula DNI:09876693 RUC:10098766931
- Erasmo Martin Wong Konfook DNI:44508961
- Angelli Varinia Vasquez Moreno DNI:70505023
JUSTIFICACIÓN DE LA PENA LA PENA MÁXIMA DE EXCOMUNIÓN SEGÚN LOS CÁNONES DE LA SANTA MADRE IGLESIA 1
- Si alguno dice, que el hombre puede ser justificado ante Dios por sus propias obras, ya sea por la enseñanza de la naturaleza humana o por la ley, sin la gracia de Dios por medio de Jesucristo; sea anatema.
- Si alguno dijera que la gracia de Dios, por medio de Jesucristo, es dada sólo para esto, para que el hombre pueda vivir más fácilmente con justicia y merecer la vida eterna, como si por libre albedrío sin gracia pudiera hacer ambas cosas, aunque con dificultad y con dificultad; sea anatema.
- Si alguno dijera que sin la inspiración preveniente del Espíritu Santo, y sin su ayuda, el hombre puede creer, esperar, amar o arrepentirse como debe, para que se le conceda la gracia de la Justificación; sea anatema.
- Si alguien dice que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, al asentir a Dios que excita y llama, de ninguna manera coopera para disponer y prepararse para obtener la gracia de la Justificación; que no puede negar su consentimiento, si quisiera, pero que, como algo inanimado, no hace nada en absoluto y es meramente pasivo; sea anatema.
- Si alguien dice que, desde el pecado de Adán, el libre albedrío del hombre se pierde y se extingue; o que es una cosa con solo un nombre, sí, un nombre sin realidad, una invención, en fin, introducida en la Iglesia por Satanás; sea anatema. Si alguno dice, que no está en poder del hombre hacer malos sus caminos, sino que las obras malas las hace Dios así como las buenas, no sólo permisivamente, sino propiamente, y de Él mismo, de tal manera que la traición de Judas no es menos obra propia de él que la vocación de Pablo; sea anatema.
- Si alguien dice que todas las obras hechas antes de la Justificación, de cualquier manera que se hagan, son verdaderamente pecados o merecen el odio de Dios; o que cuanto más se esfuerza uno por disponerse a la gracia, más gravemente peca: sea anatema. Si alguien dice que el temor al infierno, por el cual, al afligirnos por nuestros pecados, huimos a la misericordia de Dios, o nos abstenemos de pecar, es pecado o empeora a los pecadores; sea anatema.
- Si alguno dice que solo por la fe el impío es justificado; en el sentido de que no se requiere nada más para cooperar para obtener la gracia de la Justificación, y que no es necesario en modo alguno que esté preparado y dispuesto por el movimiento de su propia voluntad; sea anatema.
- Si alguno dice que los hombres son justos sin la justicia de Cristo, por la cual mereció que fuéramos justificados; o que es por esa justicia misma que son formalmente justos; sea anatema.
- Si alguno dice que los hombres son justificados, ya sea por la sola imputación de la justicia de Cristo, o por la sola remisión de los pecados, con exclusión de la gracia y la caridad que el Espíritu Santo derrama en sus corazones, y es inherente a ellos; o incluso que la gracia por la cual somos justificados es solo el favor de Dios; sea anatema.
- Si alguno dice, que la fe justificadora no es otra cosa que la confianza en la misericordia divina que perdona los pecados por causa de Cristo; o que sólo esta confianza es la que nos justifica; sea anatema.
- Si alguno dice que es necesario que todos, para obtener la remisión de los pecados, crean con certeza, y sin ninguna vacilación derivada de su propia enfermedad y carácter, que sus pecados le son perdonados; sea anatema.
- Si alguien dice, que el hombre está verdaderamente absuelto de sus pecados y justificado, porque ciertamente se creyó absuelto y justificado; o que nadie es verdaderamente justificado sino el que se cree justificado; y que, por esta sola fe, se efectúan la absolución y la justificación; sea anatema.
- Si alguno dice, que un hombre, que ha nacido de nuevo y es justificado, está obligado por fe a creer que ciertamente está en el número de los predestinados; sea anatema.
- Si alguien dice que tendrá con certeza, con absoluta e infalible certeza, ese gran don de perseverancia hasta el fin, a menos que lo haya aprendido por revelación especial; sea anatema.
- Si alguien dice, que la gracia de la Justificación sólo es alcanzada por aquellos que están predestinados a vida; sino que todos los demás que son llamados, en verdad son llamados, pero no reciben la gracia, como estando, por el poder divino, predestinados para el mal; sea anatema.
- Si alguno dice que los mandamientos de Dios, aun para el que está justificado y constituido en gracia, son imposibles de guardar; sea anatema.
- Si alguno dice que en el Evangelio no se manda nada más que la fe; que otras cosas son indiferentes, ni mandadas ni prohibidas, sino gratuitas; o que los diez mandamientos no pertenecen a los cristianos; sea anatema.
- Si alguno dijera que el hombre que es justificado, y por perfecto que sea, no está obligado a observar los mandamientos de Dios y de la Iglesia, sino sólo a creer; como si en verdad el Evangelio fuera una promesa desnuda y absoluta de vida eterna, sin la condición de observar los mandamientos; sea anatema.
- Si alguno dice que Cristo Jesús fue dado por Dios a los hombres como redentor en quien confiar, y no también como legislador a quien obedecer; sea anatema.
- Si alguno dice que el justificado, cualquiera puede perseverar, sin la ayuda especial de Dios, en la justicia recibida; o que, con esa ayuda, no puede; sea anatema.
- Si alguno dice que un hombre una vez justificado no puede pecar más, ni perder la gracia, y que, por tanto, el que cae y peca nunca fue verdaderamente justificado; o, por otro lado, que sea capaz, durante toda su vida, de evitar todos los pecados, incluso los veniales, salvo por un privilegio especial de Dios, como sostiene la Iglesia con respecto a la Santísima Virgen; sea anatema.
- Si alguno dijera que la justicia recibida no se conserva y también aumenta ante Dios por las buenas obras; pero que dichas obras son meramente los frutos y signos de la Justificación obtenida, pero no una causa del aumento de la misma; sea anatema.
- Si alguno dice que en toda buena obra el justo peca venialmente al menos, o lo que es más intolerable aún, mortalmente, y por tanto merece castigos eternos; y que por esta sola causa no es condenado, que Dios no imputa esas obras a condenación; sea anatema.
- Si alguno dice que los justos, por sus buenas obras hechas en Dios, no deben esperar y esperar una retribución eterna de Dios por su misericordia y el mérito de Jesucristo, si es que perseveran hasta el fin en hacer el bien y guardar los mandamientos divinos; sea anatema.
- Si alguien dice que no hay pecado mortal sino el de la infidelidad; o que la gracia una vez recibida no se pierde por ningún otro pecado, por grave y enorme que sea, salvo el de la infidelidad; sea anatema.
- Si alguno dice que, perdiéndose la gracia por el pecado, también se pierde siempre la fe; o que la fe que permanece, aunque no sea una fe viva, no es una fe verdadera; o que aquel que tiene fe sin caridad, no es un Chris enseñado; sea anatema.
- Si alguno dice que el que ha caído después del bautismo no puede por la gracia de Dios resucitar; o que es capaz de recuperar la justicia que ha perdido, pero solo por la fe sin el sacramento de la Penitencia, contrario a lo que la Santa Iglesia Romana y Universal, instruida por Cristo y sus Apóstoles, hasta ahora ha profesado, observado y taugh; sea anatema.
- Si alguno dijera que, después de que se ha recibido la gracia de la Justificación, a todo pecador arrepentido se le remitirá la culpa y se borrará la deuda del castigo eterno de tal manera, que no quede ninguna deuda de castigo temporal que deba ser cancelada ya sea en este mundo, o en el próximo en el Purgatorio, antes de que se le pueda abrir (a él) la entrada al reino de los cielos; sea anatema.
- Si alguno dice que el justificado peca cuando hace buenas obras con miras a una retribución eterna; sea anatema.
- Si alguno dijera que las buenas obras del justificado son de tal modo dones de Dios, que no son también los buenos méritos del justificado; o que dicho justificado, por las buenas obras que realiza mediante la gracia de Dios y el mérito de Jesucristo, cuyo miembro viviente es, no merece verdaderamente el aumento de la gracia, la vida eterna y el logro de esa vida eterna. , -si es que, sin embargo, partirá en gracia, -y también aumento de gloria; sea anatema. Si alguno dijera que, por la doctrina católica que toca la Justificación, por este santo Sínodo enunciado en el presente decreto, la gloria de Dios o los méritos de nuestro Señor Jesucristo están derogados de alguna manera, y no más bien que la la verdad de nuestra fe y la gloria excelente de Dios y de Jesucristo se vuelven (más) ilustres; sea anatema. Sacramentos La mayoría de los protestantes rechazaron o redefinieron los sacramentos durante la Reforma. La Iglesia Católica tiene siete sacramentos: bautismo , confirmación , eucaristía , penitencia , unción de los enfermos , orden sagrada y matrimonio . La iglesia enseñó históricamente que los sacramentos, que existen en lugares y circunstancias físicas, dan gracia invisible a las almas de quienes los reciben con la disposición adecuada y de ninguna manera son simbólicos. En la Iglesia Católica, solo un sacerdote u obispo podía administrar la mayoría de los sacramentos. Muchos protestantes dijeron que la Iglesia Católica había introducido elementos en la iglesia que no provenían de Cristo. Para responder a este desafío de sus enseñanzas, el concilio promulgó los siguientes cánones para castigar a los herejes de la iglesia que rechazaran sus enseñanzas sobre los sacramentos. Si alguno dice que los sacramentos de la nueva ley no fueron todos instituidos por Jesucristo, nuestro Señor; o que sean más o menos de siete, a saber, Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Extremaunción, Orden y Matrimonio; o incluso que cualquiera de estos siete no es verdadera y propiamente un sacramento; sea anatema.
- Si alguien dice que estos sacramentos de la Ley Nueva no difieren de los sacramentos de la Ley Antigua, salvo que las ceremonias son diferentes y diferentes los ritos externos; sea anatema.
- Si alguien dice que estos siete sacramentos son de tal manera iguales entre sí, que uno no es de ninguna manera más digno que otro; sea anatema.
- Si alguno dice que los sacramentos de la Nueva Ley no son necesarios para la salvación, sino superfluos; y que, sin ellos, o sin su deseo, los hombres obtienen de Dios, sólo por la fe, la gracia de la justificación, aunque todos (los sacramentos) no son realmente necesarios para cada individuo; sea anatema.
- Si alguien dice que estos sacramentos fueron instituidos únicamente para nutrir la fe; sea anatema.
- Si alguno dice que los sacramentos de la Nueva Ley no contienen la gracia que significan; o, que no confieran esa gracia a quienes no le ponen obstáculo; como si fueran meras señales externas de gracia o justicia recibidas por la fe, y ciertas marcas de la profesión cristiana, por las que los creyentes se distinguen entre los hombres de los incrédulos; sea anatema.
- Si alguno dice, que la gracia, en lo que concierne a la parte de Dios, no se da a través de dichos sacramentos, siempre y a todos los hombres, aunque los reciban correctamente, sino (sólo) algunas veces, ya algunas personas; sea anatema.
- Si alguno dice que por los sacramentos de la Nueva Ley no se confiere la gracia por el acto realizado, sino que basta la fe en la promesa divina para obtener la gracia; sea anatema.
- Si alguno dijera que en los tres sacramentos, el Bautismo, a saber, la Confirmación y el Orden, no hay impreso en el alma un carácter, es decir, un Signo espiritual e indeleble, por lo que no pueden repetirse. ; sea anatema.
- Si alguno dice, que todos los cristianos tienen poder para administrar la palabra y todos los sacramentos; sea anatema.
- Si alguno dice que, en los ministros, cuando efectúan y confieren los sacramentos, no se requiere la intención al menos de hacer lo que hace la Iglesia; sea anatema.
- Si alguien dice que un ministro, estando en pecado mortal, -si es que observa todos los elementos esenciales que pertenecen a efectuar o conferir el sacramento, -no efectúa ni confiere el sacramento; sea anatema.
- Si alguno dijera que los ritos recibidos y aprobados de la Iglesia Católica, habitualmente utilizados en la solemne administración de los sacramentos, pueden ser despreciados, o sin pecado ser omitidos a voluntad por los ministros, o cambiados, por cada pastor. de las iglesias, en otras nuevas; sea anatema.
Ā priōri, Nos, declaramos que, además de los excomulgados ex delicto que hemos enumerado hasta ahora, todos aquellos contra quienes la Santa Madre Iglesia, en comunión con el Único y Verdadero Vicario de Cristo, y sus obispos, fieles guardianes y defensores de la Sagrada Doctrina y la Sagrada Tradición contra la Iglesia del Nuevo Orden de Satanás y su Apostasía reinante en el mundo;
Nos, in potestatem declaramos EXCOMULGADOS a los autorem nomitim de sus crímenes y por apoyar crímenes genocidas de la Policía Nacional del Perú contra el Pueblo Peruano.
Referencia del Código de Derecho Canónico de 1917 vigente al presente y por la Santa Gloria de Nuestro Señor Jesucristo, que Vive y Reina por los siglos de los siglos.
Amén.
